¡Vaya concierto!
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¡Vaya concierto!
Daniel iba arrastrándose hacia casa después de una noche intensa. Tenía un dolor muy fuerte en un dedo del pie derecho. Pero había merecido la pena.
¡El concierto había sido increíble! Ya en la segunda canción empezó a agitarse la multitud que no paró de saltar ni un minuto. Una de las veces Diego exageró un poco y terminó pisando a Daniel en el pie. Por culpa de ese pisotón Daniel se torció el tobillo. Pero daba igual, estaba disfrutando del concierto. De repente, el público le alzó con sus manos mientras sonaba su canción favorita y lo fueron pasando hacia delante hasta que llegó al escenario. ¡Sin palabras! Aunque la experiencia le valió un moratón bien azul en el gemelo derecho y un rasguño en el codo.
Sin embargo eso no fue lo único. Tenía el hombro dislocado, un par de dedos de la mano hinchados, el pulgar un poco ensangrentado y la uña del dedo meñique rota. Pero lo más extraño de todo era un moratón en el cuello. Daniel no tenía ni idea de cómo había llegado hasta allí. Estaba tan cansado que se metió en la cama. Ya averiguaría mañana el origen de tan extraña marca.
Übersetzung
Was für ein Konzert!
Daniel schleppte sich nach einer ereignisreichen Nacht nach Hause. Er spürte einen starken Schmerz in einem Zeh seines rechten Fußes. Aber es hatte sich gelohnt.
Das Konzert war unglaublich gewesen! Schon beim zweiten Lied fing die Menge an zu zappeln und hörte in keinem Moment auf herumzuspringen. Einmal hatte Diego ein wenig übertrieben und war Daniel schließlich auf den Fuß getreten. Aufgrund des Tritts hatte sich Daniel den Knöchel umgeknickt. Aber das war egal, er genoß das Konzert!
Plötzlich hob ihn das Publikum mit seinen Händen in die Höhe, während sein Lieblingslied lief, und sie trugen ihn nach vorne bis er an die Bühne gelangte. Ohne Worte! Auch wenn ihm die Erfahrung einen dunkelblauen Flecken auf seiner rechten Wade und einen Kratzer an seinem Ellenbogen eingehandelt hatte.
Doch das war nicht das Einzige. Er hatte eine ausgerenkte Schulter, ein paar geschwollene Finger, der Daumen war ein bisschen blutig und der Fingernagel des kleinen Fingers war gerissen. Aber das Merkwürdigste von allem war ein kleiner blauer Fleck am Hals. Daniel hatte überhaupt keine Ahnung, wie der da hingekommen war. Er war so müde, dass er direkt ins Bett ging. Erst morgen würde er die Ursache des sonderbaren Flecks herausfinden.