La nueva peluquería
Hörverstehen
Text zum Anhören
Text zum Mitlesen

La nueva peluquería
Mi tío Joaquín es peluquero y abrió hace un mes una peluquería. Sin embargo, ayer fui por primera vez a hacerme un peinado para mi fiesta de graduación en el instituto.
Al principio pensé en hacerme un corte de pelo en casa, pero la verdad es que no soy muy habilidosa con las tijeras. Como era la primera vez que iba a la peluquería de Joaquín desde su apertura, llegué muy pronto para no tener que esperar mucho. Su ayudante Esperanza me lavó primero el pelo con champú. Mientras tanto a mi lado una madre intentaba quitarle a su hija las tijeras con las que se había cortado una de sus coletas. Al otro lado el marido de una clienta se peinaba con un cepillo la calva. «Pero qué clase de peluquería es esta», pensé.
Me senté en la silla para que Joaquín comenzara con el peinado, aunque temía el resultado. Primero me puso con los rulos durante treinta minutos bajo el secador de casco. Con el peine estilizó las ondas para dejarlas más naturales y terminó de darlas forma con el secador de mano. Después de todo, aunque los clientes que vi no fueron muy normales, yo me quedé muy satisfecha con el resultado del peinado, el cual recibió muchos cumplidos en la fiesta.
Übersetzung
Der neue Friseurladen
Mein Onkel Joaquín ist Friseur und hat vor einem Monat einen Friseurladen aufgemacht. Dennoch war ich erst gestern zum ersten Mal da, um eine Frisur für meine Abschlussfeier am Gymnasium zu bekommen.
Zuerst dachte ich daran, mir zu Hause einen Haarschnitt zu machen, aber ehrlich gesagt bin ich nicht sehr geschickt im Umgang mit Scheren. Weil ich zum ersten Mal seit der Eröffnung in Joaquíns Friseurladen ging, kam ich sehr zeitig an, um nicht lange warten zu müssen. Seine Aushilfe Esperanza wusch mir zunächst mit Shampoo die Haare. Währenddessen versuchte neben mir eine Mutter, ihrer Tochter die Schere wegzunehmen, mit der sie sich einen ihrer Zöpfe abgeschnitten hatte. Auf der anderen Seite kämmte sich der Mann einer Kundin mit einer Bürste seine Glatze.
Ich setzte mich auf einen Stuhl, damit Joaquín mit dem Frisieren anfangen konnte, obwohl ich Angst vor dem Ergebnis hatte. Erst einmal steckte er mich mit den Lockenwicklern dreißig Minuten unter die Trockenhaube. Mit dem Kamm stylte er Wellen, damit sie natürlicher wirkten und brachte sie dann mit dem Föhn richtig in Form. Nach alledem und obwohl die Kunden, die ich sah, ein bisschen seltsam waren, war ich sehr zufrieden mit dem Ergebnis der Frisur, für die ich auf der Party sehr viele Komplimente bekam.