La carta primaveral
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La carta primaveral
Ayer recibí una carta de mi hermana. Ella vive en el suroeste de España, que es una de las zonas más calientes del país. Mientras que aquí aún llueve frecuentemente, allí ya ha llegado la primavera y por eso mi hermana escribió la carta desde el jardín.
Querida Camila:
¿Qué tal estás? ¿Has conseguido superar bien el constipado? Yo estoy bien, como siempre cuando el sol brilla y hace calor. Aquí ya tenemos un tiempo verdaderamente primaveral. Sé que en tu zona hace todavía frío y llueve, por eso me gustaría describirte la encantadora escena que observé cuando fui al valle del Jerte.
Los cerezos ya han florecido y los tulipanes y narcisos típicos de la primavera ya han brotado de la tierra y florecen con colores muy bonitos. Naturalmente esta preciosa estampa trae consigo insectos y otros pequeños animales. El valle estaba lleno de mariquitas rojas con puntos negros, alguna que otra abeja y muchísimas mariposas.
En el río Jerte vimos una rana que observaba con gran interés a los insectos. Seguramente tenía hambre.
Como ya sabes en Extremadura se crían muchos animales. Por fin pueden salir del establo y estirar las piernas en la pradera. En los nidos hay todavía un par de huevos, pero la mayoría de los pollitos ya han salido del cascarón. Y también las liebres saltan muy traviesas por el valle, disfrutan del sol y...
¡Vaya un sinvergüenza! ¡El pequeño cordero ha cogido con su hocico uno de los tulipanes que había recolectado para decorar mi casa! ¡Voy a tener que tener cuidado con mis cosas para que no las cojan los animales!
¡Espero que la primavera llegue pronto al norte!
Un beso,
Clara
Ya me lo estoy imaginando: ¡Cómo me gustaría también tener en mi jardín coloridas flores y ver alegres animales! ¡Ay, si tuviéramos por fin tiempo primaveral!
