Cada generación con su desayuno (Tema: El desayuno)
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Mi abuelo, mi padre y yo quedamos todos los domingos para desayunar juntos. Sobre la mesa se pueden apreciar las diferentes costumbres de desayuno de cada generación.
A mi abuelo le encanta mojar pan en un buen vaso de leche. Mientras disfruta de su manjar, nos da consejos a mi padre y a mí. «El agua clara y el chocolate espeso», dice siempre.
Mi padre empieza el día con un café solo. Casi nunca lo toma con leche, pero cuando lo hace, la leche debe ser de soja o de almendra.
A mí el café me pone muy nerviosa, así que prefiero romper el ayuno con un buen té negro. Cuando hay fresas de temporada, me gusta preparar mermelada casera. Está mucho más rica que la que se consigue en los supermercados ¡y hacerla es pan comido! Una buena rebanada de pan con mantequilla y mermelada y empiezo el día con un buen sabor de boca.
Mi padre, por su parte, prefiere desayunar salado: embutido y queso. Mi abuelo dice que en su época todo esto eran lujos, y que muchos días su desayuno incluso su cena consistía en un huevo duro. Yo me alegro de que todo haya cambiado, pero si voy a desayunar huevo, prefiero que sean huevos revueltos.
Para terminar, mi padre y yo brindamos con un vaso de zumo de naranja recién exprimido. A mi abuelo no le gusta.
Me encanta compartir estos ratos con mi familia. Cuando terminamos, recogemos toda la mesa y con eso y un bizcocho, ¡hasta mañana a las ocho!