Una señal del universo

Transcripción

Una señal del universo

Es una tarde de calor abrasador. Martina se ha puesto el bikini y está tumbada junto a la piscina infantil. Rafa está sentado a la sombra en pantalón corto y chaleco. Ambos disfrutan del silencio.
De repente, oyen un gorjeo procedente de la casa. ¿Es un pájaro? No, es la lavadora que acaba de terminar su ciclo. Pero, ¿quién va a tender la ropa? A ambos les da mucha pereza. Entonces a Rafa se le ocurre algo: saca una moneda del bolsillo y dice:
—¿Cara o cruz? Quien pierda tendrá que tender la ropa—, y lanza la moneda al aire.
—Cara... ¡no! Cruz—, responde Martina... y gana. —Perfecto—, dice con aire triunfante, volviendo a meter los pies en el agua y moviendo los dedos.
«¡Vaya, me ha salido el tiro por la culata!», piensa Rafa. Desganado, coge la colada y se pone manos a la obra. Primero tiende unos calzoncillos y luego una falda. Un par de bañadores caen al suelo y el gato Dino se apodera de ellos de inmediato.
—¡Dino, detente!—, grita Rafa mientras intenta recuperar el bañador. Pero no lo consigue. Dino corre por el jardín con su presa. Rafa corre tras Dino como buenamente puede, pero sabe que es inútil.
—Estoy segura de que Dino te devolverá el bañador cuando la colada esté tendida—, sonríe Martina.
Resignado, Rafa vuelve a la faena. Acaba de tender la ropa interior cuando un pajarito se detiene a posarse en el tendedero. «¡Qué mono!», piensa Rafa.
—Mira qué pequeñín—, le dice a Martina.
En ese momento, el adorable pajarito hace de vientre sobre la camiseta de abajo, dejando una gran marca.
—¡Lo que faltaba! Esto es el colmo—, grita Rafa exasperado. Con las manos en los tirantes, sube desafiante a la piscina infantil. —¡Déjame un hueco, cariño! Yo también necesito relajarme.
Martina ríe a carcajadas.
—Es una señal del universo. Hoy no es día de trabajar. La colada tendrá que esperar.
Rafa y Martina pasan el resto de la tarde relajándose en la piscina infantil. Y el gato Dino tiene un nuevo juguete favorito.